viernes, 15 de octubre de 2010

SLOTERDIJK: ESFERAS, LA COMUNA EXHALADA, HACIA UNA TEORÍA FILOSÓFICA DE LA LEVEDAD Por Adolfo Vásquez Rocca

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Peter Sloterdijk por Adolfo Vasquez Rocca

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SLOTERDIJK: LA COMUNA EXHALADA, HACIA UNA FILOSOFÍA DE LA LEVEDAD




1.- Microesferas íntimas y úteros fantásticos para masas infantilizadas


Esferas gravita alrededor de los espacios de coexistencia que se pasan por alto o se consideran comúnmente como dados encubriendo así la información crucial para desarrollar una comprensión de cómo son los seres humanos. La exploración de las esferas comienza con la diferencia básica que existe entre los mamíferos y otros animales; la comodidad biológica y utópica que los seres humanos intentan reconstruir mediante la ciencia, la ideología y la religión. De estas microesferas (relaciones ontológicas del tipo feto-placenta) a las macro-esferas (los macro-úteros, estructuras políticas que adoptan la forma de naciones o de Estados), Sloterdijk analiza así las esferas donde los seres humanos intentan sin éxito morar y refiere a una conexión entre crisis vital (como la separación narcisista) y las crisis que se generan cuando una esfera estalla.


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El planteamiento de Sloterdijk gira en torno a la “arqueología de lo íntimo” para plantear una concepción muy diferente de la intimidad a la que estamos habituados; este planteamiento pone en juego en un lugar preeminente la expresión, de resonancias, por otro lado, nada filosóficas, de “esferas”. “Una filosofía que se ubica bajo la imagen de la esfera y, de esta manera, da pábulo a todo tipo de asociaciones en torno a burbujas de aire, pompas de jabón y, por tanto, en torno a fenómenos inanes, inestables, casi privados de objetividad, se sitúa ya de un modo consciente en una zona marginal del espacio acotado en términos académicos y culturales, jugando con la fantasía de aligerar el centro desde la periferia”1.


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Peter Sloterdijk: Esferas, Burbujas, Globos y Espumas



El concepto de esfera se ofrece para recapitular el tránsito desde el pliegue o clausura de la que el ser humano surge al estallido del espacio donde se ve psicológicamente expuesto y vulnerable. Así Sloterdijk transita del espacio más íntimo al más extenso y abarcante, donde se patentiza un extraño impulso a lo inmenso e inquietante.




La teoría de las esferas es un instrumento morfológico que permite reconstruir el éxodo del ser humano de la simbiosis primitiva al tráfico histórico-universal en imperios y sistemas globales como una historia coherente de extraversiones; ella reconstruye el fenómeno de la gran cultura como la novela de la transferencia de esferas desde el mínimo íntimo, el de la burbuja dual, hasta el máximo imperial, que había que representar como cosmos monádico redondo. Si la exclusividad de la burbuja es un motivo lírico, el de la inclusividad del globo es uno épico.



Hablar de las esferas no sólo significa, pues, desarrollar una teoría de la intimidad simbiótica y del surrealismo de la pareja. Es verdad que la teoría de las esferas comienza, por su objeto, como psicología de la formación interior de espacio a partir de correlaciones dúplice-únicas, pero se desarrolla necesariamente hasta convertirse en una teoría general de los receptáculos autógenos. Ésta suministra la forma abstracta de todas las inmunologías (…) Bajo el signo de las esferas se plantea al final también la pregunta por la forma de las creaciones políticas de universo en general”.2




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2.- Esferas, imperios y provocaciones.


El hombre emerge como una utopía bio-ontológica que intenta -por medio de construcciones científicas, ideológicas y religiosas- recrear su original caverna confortable y protectora, las microesferas íntimas, de las parejas no eróticas, sino ontológicas, los gemelos, la relación feto-placenta, individuo y colectividad, alma y Dios, y también las grandes esferas o "úteros fantásticos para masas infantilizadas" que son los imperios o los Estados-nación. Unas estructuras políticas que se comunican como los paranoicos, imponiendo la forma patológica del monólogo: el paranoico habla con el otro en su propia mente.



Esferas comienza convocando los sentidos, las sensaciones y el entendimiento de lo cercano; aquello que la filosofía suele pasar por alto: el espacio vivido y vivenciado3. La experiencia del espacio siempre es la experiencia primaria del existir. Siempre vivimos en espacios, en esferas, en atmósferas. Vivir es crear esferas. La díada "madre-hijo" es la primera formación esférica, llena de tonos y de espacios sonoros. Un lugar de cobijo donde comienza la solidaridad con entre los seres humanos, la madre, los grupos próximos y finalmente la cultura en la que se vive. Las historias amorosas y las comunidades solidarias no son sino la creación de espacios interiores para las emociones escindidas.


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Peter Sloterdijk ESFERAS



Desde la primera esfera en la que estamos inmersos, con "la clausura en la madre", todos los espacios de vida humanos no son sino reminiscencias de esa caverna original siempre añorada de la primera esfera humana. Sloterdijk comienza así su relato desde la primera esfera en que estamos inmersos, con la "clausura de la madre". Pertenece al drama de la vida el que siempre haya que abandonar espacios animados, en los que uno esta inmerso y seguro, sin saber si se va a encontrar en los nuevos un recambio habitable. El primer traslado, exilio o extrañamiento, el primer acto del drama, pues, sucede con el nacimiento. ¿Dónde venimos cuando venimos "al mundo"?, pregunta Sloterdijk. El modo de afrontar el mundo fuera del seno materno viene determinado de manera difícilmente analizable por los restos de memoria prenatales. Todos hemos habitado en el seno materno un continente desaparecido, una "íntima Atlántida" que se sumergió con el nacimiento, no en el espacio, desde luego, sino en el tiempo, por eso se necesita una arqueología de los niveles emocionales profundos.


El drama esferológico del desarrollo -la apertura a la historia comienza- en el instante en el que individuos que eran polos de un campo de dúplice unicidad salen de él a los mundos multipolares de adultos. Cuando estalla la primera burbuja sufren irremisiblemente una especie de shock de transcolonización, un desenraizamiento existencial. Los seres humanos experimentan fascinados y tristes cómo entre cielo y tierra hay más cosas muertas y exteriores de las que puede soñar hacer suyas cualquier niño del mundo. Al despedirse los adolescentes del regazo materno les invaden magnitudes sin sujeto, externas, provocadoras e indómitas.


Todo concuerda, así pudo ser, piensa uno al leer estas seductoras narraciones de nuestro antiguo flotar en el líquido amniótico, de la elástica y suave angostura allí dentro, del espacio interior acústico, de la escucha fetal y del primer vínculo, del ahogo al nacer cuando falta el aire precisamente porque se accede de improviso a él. Se trata de sucesos extraños, de situaciones mediales tempranas que dejan huellas, ecos, resonancias que ni siquiera desaparecen cuando comenzamos a establecernos y delimitarnos como sujetos. En palabras de Robert Musil: "Ya no hay un ser humano entero frente a un mundo entero, sino un algo humano que se mueve en un líquido nutricio universal". En este sentido, cada uno es un medio: un ser de alta permeabilidad que necesita resolver los aspectos íntimos de su surgir en el mundo; la conformación de esferas dentro de sí mismo y entre los otros seres humanos. Vacío de sentido, con el tejado de su vieja casa derrumbado desde dentro, el hombre busca nuevas formas de reaseguramiento, nuevas pólizas, su habitación se constituye en la prolongación de su piel. Allí vive en el interior de una burbuja individualista en la que en apariencia no necesita recurrir al otro, creándose la ilusión de formar pareja consigo mismo.


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Adolfo Vasquez Rocca


Una burbuja, un globo, una pompa de jabón. Una pompa de jabón es una película muy fina de jabón y agua que encierra a una esfera hueca y exhibe una superficie iridiscente. Normalmente las pompas de jabón duran solo unos segundos y luego estallan por sí solas o por contacto con otro objeto. A menudo se usan como objeto de juego para los niños, pero su uso en espectáculos artísticos demuestra que también pueden ser fascinantes para los adultos. Las pompas de jabón pueden ayudar a resolver problemas matemáticos complejos sobre el espacio, ya que siempre buscan la menor área de superficie entre puntos o aristas.


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Sloterdijk concede que es un poco arriesgado utilizar en la lengua alemana la expresión “burbujas” para poner en marcha una investigación filosófica en torno a la intimidad. La consecuencia de ello es que en muchos lectores u oyentes se despiertan de inmediato asociaciones urológicas o, en segundo lugar, ideas, como usted ha dicho, vinculadas al ámbito de lo fugaz, lo inaneo lo insustancial, y que relacionamos con pompas de jabón [Seifenblase], pompas de aire [Luftblase] o “bocadillos” [Sprechblase]4. Sin embargo, no tenía más remedio que correr todos estos riesgos y aceptar estas asociaciones a fin de poner de manifiesto la intención del libro, casi como una estrategia, en el propio título de la obra. Lo que le interesaba era contribuir a disolver la herencia de la metafísica del individuo y de la sustancia, unas ideas que desde hace dos mil quinientos años deslumbran gracias a un espejismo gramatical sobre el llamado núcleo duro de lo real.



La imagen: un niño que sigue con su mirada las burbujas de jabón que sopla hacia el cielo... No está por un lado el niño como sujeto y por el otro el objeto con dimensión en su camino a través del espacio. Sino que el jugador transforma en una esfera animada la zona entre ojo y objeto. Lo que en otro tiempo se llamó espíritu, ¿no significaba desde un principio comunidades espaciales aladas?5


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3.- El olvido del ser desde todos los altavoces y las masas desespiritualizadas.



La civilización altamente tecnológica, el Estado del bienestar, el mercado mundial, la esfera de los media: todos esos grandes proyectos quieren imitar en una época descascarada la imaginaria seguridad de esferas que se ha vuelto imposible. Ahora, tiene que procurarse redes y pólizas de seguros han de ocupar el lugar de los caparazones celestes; la telecomunicación debe imitar a lo envolvente6. El cuerpo de la humanidad quiere procurarse un nuevo estado de inmunidad dentro de una piel electrónico-mediática. La era de la falta de albergue metafísico generaliza el hábito de la huida. Con su disposición formal de progreso, el mundo huye de sí mismo en sí mismo; de cada posición del mundo fugitivo, se aprestan continuaciones de fugas. Así y todo, el mundo acelerado del dinero y de la comunicación absoluta parodia la relación metafísica con lo efímero; no dispone ni de una idea del pleroma de la metafísica ni de una concepción del vacío positivo. Las masas desespiritualizadas se encuentran a la intemperie sin que jamás se les haya aclarado correctamente el sentido de su destierro. Decepcionadas, resfriadas y huérfanas se cobijan en sucedáneos de antiguas imágenes de mundo mientras éstas parezcan conservar todavía un hálito de la calidez de las viejas ilusiones humanas de circundación.


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Peter Sloterdijk por Adolfo Vasquez Rocca

En estas preguntas aparece el vacío que, en su agitada histeria, pasan por alto los discursos actuales acerca de la globalización. En tiempos descascarados, sin orientación en el espacio, superados por el propio progreso, los modernos tuvieron que convertirse masivamente en seres humanos enloquecidos. “La civilización técnica, y en especial sus aceleraciones durante el siglo XX, puede verse como el intento de ahogar en confort al testigo fundamental de Nietzsche, aquel trágico Diógenes”7. Poniendo a disposición de los individuos alimentos técnicos de una perfección inusitada, el mundo moderno quiere quitarles de la boca inquietas indagaciones acerca del lugar en el que viven o desde el que se precipitan constantemente al vacío.



De ahí que el tema de la vieja ciencia política sea siempre – para Sloterdijk - el de la contención de los dramas que necesariamente tienen y han tenido que producirse cuando los horizontes de pertenencia mutua de las sociedades y los pueblos se expanden hasta dimensiones imperiales y alcanzan, como en la historia de las grandes civilizaciones, envergadura universal y genérica.8

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Adolfo Vásquez Rocca

Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil. Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado recientemente el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008.
Notas y Referencias


1SLOTERDIJK, Peter y HEINRICHS, Hans-Jürgen, El sol y la muerte, .Editorial Siruela, Madrid, 2004, p. 138

2SLOTERDIJK Peter , Esferas I. Burbujas, Introducción; Los Aliados o La comuna exhalada. Ediciones Siruela, Madrid, 2003, pp. 64-65

3VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008.

Recensión:

http://www.observacionesfilosoficas.net/introlibrossloterdijk.htm

4 SLOTERDIJK, Pete r, y Hans–Junger Heinrichs, El sol y la muerte, Editorial Siruela, Madrid.

5Foro en javiermarias.es sobre Sloterdijk: Esferas I.

6VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Peter Sloterdijk: Esferas, flujos, sistemas metafísicos de inmunidad y complejidad extrahumana”, En NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 | Y Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Córdoba, Argentina, Nº 15, Año IV, Segundo Cuatrimestre 2007, (pp. 93 -100) http://www.konvergencias.net/vasquezrocca140.pdf

7SLOTERDIJK, Peter, SLOTERDIJK Peter, Esferas I. Burbujas, Ediciones Siruela, Madrid, 2003, p. 35,

8SLOTERDIJK Peter , En el mismo barco, Ensayo sobre la hiperpolítica, Ediciones Siruela, Madrid, 1994, p. 19.

Palabras clave:

Esferas – Burbujas – Globos – espumas – hiper política – civilización – individuo – mundo – metafísica – espacio.

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Adolfo Vásquez Rocca

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Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. 221 páginas | I.S.B.N.: 978-84-7822-523-1

Publicaciones sobre Peter Sloterdijk

[PDF]

PETER SLOTERDIJK; DEL PESIMISMO METODOLÓGICO AL CINISMO DIFUSO

Peter Sloterdijk: La música de las Esferas y el olvido del ser desde todos los Altavoces

HEIDEGGER Y SLOTERDIJK; LA POLÍTICA COMO PLÁSTICA DEL SER NACIONALISMO PRIVADO Y CRÍTICA DEL IMAGINARIO FILOAGRARIO

PETER SLOTERDIJK; ESFERAS, FLUJOS, SISTEMAS METAFÍSICOS DE COMPLEJIDAD EXTRAHUMANO

PETER SLOTERDIJK Libro de Adolfo Vasquez Rocca | Institución Alfons el Magnànim (IAM) Valencia 2008



La Institució Alfons el Magnànim (IAM)

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Dr. Adolfo Vásquez Rocca Universidad Andrés Bello UNAB

Peter Sloterdijk

* Introducción a propósito del lanzamiento del Libro sobre Peter Sloterdijk :

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© De esta edición: Institució Alfons el Magnànim.
Diputación de Valencia, 2007
Director: Ricard Bellveser
Colección dirigida por Rosa Ma. Rodríguez Magda
Diseño de la cubierta: Quinto A. Estudio Gráfico

221 páginas

I.S.B.N.: 978-84-7822-523-1
Depósito legal: V-2888-2008
Imprime: Imprenta de Valencia


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Tel. 902 154 643 Fax: 962 521 739
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PETER SLOTERDIJK: LA COMUNA EXHALADA, HACIA UNA TEORÍA FILOSÓFICA DE LA LEVEDAD Por Adolfo Vásquez Rocca

SLOTERDIJK: LA COMUNA EXHALADA, HACIA UNA TEORÍA FILOSÓFICA DE LA LEVEDAD Por Adolfo Vásquez Rocca

domingo, 19 de septiembre de 2010

SARTRE; TEORÍA FENOMENOLÓGICA DE LAS EMOCIONES Y EXISTENCIALISMO Por Adolfo Vásquez Rocca


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Universidad Complutense de Madrid

Adolfo Vásquez Rocca


Referencia:
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Sartre; Teoría Fenomenológica de las emociones y conciencia posicional del mundo", En Revista OBSERVACIONES FILOSÓFICAS, Nº 6 / 2º, 2008, Asociada al Postgrado en Filosofía - PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALPARAÍSO y al Grupo THEORIA - Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado. ISSN 0718-3712
http://www.observacionesfilosoficas.net/sartreteoriafenom.html

Introducción:

En el presente trabajo se trata el problema de la vivencia emocional, se indaga la naturaleza de la conciencia emotiva, es decir, la conciencia de la emoción desde una perspectiva fenomenológica, siguiendo principalmente el pensamiento de Sartre en su obra “Bosquejo de una teoría de las emociones”, obra sigue la tradición fenomenológica de Husserl, haciendo énfasis en las contradicciones en que incurre la teoría psicoanalítica. Se busca evidenciar cómo la conciencia emocional es ante todo conciencia del mundo.


Descriptores:

Conciencia, mundo, emoción, teatro, miedo, fenómeno, alteridad, Nihilismo, psicología, existencialismo.


La conciencia se conmueve sobre su emoción, la intensifica.

Cuanto más se huye, más miedo se tiene.”

Jean - Paul Sartre

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Sartre's Theatre

1.- Husserl y la "intencionalidad". Antecedentes del existencialismo de Sartre.

Como ya lo había anticipado Descartes y profundizado Brentano, sabemos con Husserl que los actos de conciencia poseen una estructura bipolar, esto es, correlacional. Así toda conciencia queda caracterizada por apuntar a un objeto (lo percibido, lo recordado, lo amado, etc.). La conciencia en sí misma no es nada, es siempre conciencia de algo. Existe sólo en la medida en que se dirija su atención hacia un objeto, hacia una meta. Este objeto intencional está constituido por los múltiples logros sintéticos de la conciencia y aparece en su estructura general, ya sea en la percepción, la memoria o la imaginación; alrededor del núcleo, del "tema" del objeto intencional, se extiende un campo temático delimitado por un horizonte abierto. Este horizonte, en el que siempre viene dada la conciencia del propio cuerpo vivo, se puede a la vez tematizar. La secuencia de temas interrelacionados - llamémoslos "vivencias" (Erlebnisse) - no tiene, en sí, sentido. Pues las aprehensiones que no ocurren pura y simplemente, y en forma independiente, sino que atraen la atención del yo, adquieren un mayor grado de definición temática; se tornan "experiencias" claramente perfiladas. Pertenece pues a la naturaleza de la conciencia ser relación a otra cosa, una que la descripción fenomenológica deberá precisar. Así por ejemplo el acto de ver, aun en el infortunio de la alucinación, esto es, en el creer ver algo, o soñarlo, tiene lugar con referencia a una cosa, supuestamente presente. Igualmente, el acto de sufrir o el dudar poseen un modo propio de referirse a algo. Así toda conciencia queda caracterizada por apuntar a un objeto (lo percibido, lo recordado, lo amado, etc.). Pertenece pues a la naturaleza de la conciencia ser relación a otra cosa, una que la descripción fenomenológica deberá precisar. Así por ejemplo el acto de ver, aun en el infortunio de la alucinación, esto es, en el creer ver algo, o soñarlo, tiene lugar con referencia a una cosa, supuestamente presente. Igualmente, el acto de sufrir o el dudar poseen un modo propio de referirse a algo. Es precisamente esta relación a algo otro el carácter relacional o lo que Husserl llama "intencionalidad de la conciencia".

Para Husserl la intencionalidad no es sólo intrínseca a la conciencia sino a priori respecto de su objeto, lo que supone que la conciencia se funda desde sí misma, vale decir que tanto la manifestación de su objeto como la constitución de este fenómeno –la intencionalidad– se dan al unísono en la vivencia1.

SARTRE Y EL EXISTENCIALISMO Por Adolfo Vásquez Rocca

Jean Paul Sartre

2.- La mirada del otro; conciencia y mundo.

Sartre tomó de la Fenomenología su principio básico, la intencionalidad de la conciencia ("la conciencia es siempre conciencia de algo"); pero criticó el idealismo y el subjetivismo de Husserl. Según Sartre el "yo" no es la conciencia trascendental, sino el conjunto unitario de la intencionalidad de la conciencia que está "fuera, en el mundo", porque "es un ente del mundo, igual que el 'yo' de otro". Las cosas no están en la conciencia, como imagen o como representación, las cosas están en el mundo. "La conciencia es conciencia posicional del mundo", es apertura al mundo, no es el mundo. Mediante este giro reintrodujo a la conciencia en el mundo de la existencia, permitiendo que los sufrimientos y las angustias de los hombres reales recuperaran todo su peso.

En la mayoría de la teorías psicológicas, la conciencia de la emoción se explica como si esta fuera ante todo una conciencia reflexiva, es decir como si la forma primera de la emoción –como hecho de conciencia– consistiera en aparecérsenos como una modificación de nuestro ser psíquico o, si se quiere, en ser aprehendida primero como un "estado de conciencia", lo que es un dato incontrovertible aunque irrelevante a los efectos que nos ocupan, ya que no cabe duda que siempre es posible tomar conciencia de la emoción como estructura afectiva de la conciencia y decir por ejemplo “estoy triste, tengo miedo, etc.”, pero –y he aquí nuestro énfasis– el miedo no es originalmente conciencia de "tener miedo", como tampoco la percepción de este escrito es conciencia de percibir el escrito. La conciencia emocional es ante todo irreflexiva, la conciencia emocional es ante todo conciencia del mundo.

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Sartre's Theatre

Esta tesis puede ser ilustrada con recurso a algunas observaciones. Es evidente por ejemplo que cuando un hombre tiene celos, y dichos celos –en determinadas circunstancias– le fuerzan a espiar por la cerradura de una puerta -entregándose a esta vergonzosa acción- volcando su ser en ello, en ese momento, los celos mismos lo constituyen tanto psíquica, como corporalmente. Sin embargo este hecho es irreflexivo, es decir, no supone todavía una toma de conciencia respecto de lo vil de aquel acto. Sin embargo cuando es sorprendido en aquella acción, es decir, cuando es visto por un otro, o más precisamente, cuando él mismo se aprehende como siendo objeto de una mirada, extraña, sólo entonces, su acto se objetiva, dado que es la mirada del otro la que da consistencia a su ser, de allí que la constitución de nuestra identidad, esto es, el ver claramente dentro de nosotros mismos, nos viene dado desde fuera, por la mirada del otro, del que nos valora, nos aprecia, nos traspasa, de allí que ya no nos resulte tan extraño que Sartre señale que el infierno son los otros, esto por la constante molestia que la presencia de los otros supone y sin embargo, no podemos pasárnoslas sin ellos.

Así, en el momento en que se toma conciencia de los celos que nos constituyen, que nos poseen, la vivencia de los celos se 'congela', de tal manera que la emoción no es la toma de conciencia de esa emoción particular, en este caso los celos. A lo que se apunta es que cuando se asume una posición reflexiva se paraliza la corriente vital del vivir como se vive naturalmente una emoción.

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Jean Paul Sartre: Teatro Filosofía Existencialismo y Fenomenología

La constitución de nuestra identidad tiene lugar desde la alteridad, desde la mirada del otro que nos objeta a la vez que nos objetiva; un otro que nos seduce y al que seducimos, al que miramos y por el que somos vistos.

Somos, en ese sentido, ser para otro y no sólo por la teatralidad y el simulacro2 propios de la vida social, sino por la inquisidora mirada del otro que nos constituye; en ella y por ella nos reconocemos. Así –frívolamente– reducimos todo lo real a mera apariencia utilitarista de nuestra personalidad…y ya no hay esencia o como dirá Sartre “la existencia precede a la esencia”.

Así, el yo viene a la existencia por la intermediación de la consciencia que lo constituye para significar su propia individualidad y su propia unidad. Se trata, pues de una creación originaria. El yo se distingue, también, de los caracteres de una historia o de un relato puesto que es parte de un proceso de mi consciencia; y lo es precisamente en el sentido de que aparece solamente cuando reflexionamos sobre nosotros mismos, a saber, sobre los procesos anteriores de nuestra consciencia. Cuando soy consciente de alguna cosa, no soy más que implícitamente consciente de mí. No es sino volviendo sobre mi consciencia anterior que devengo explícitamente consciente de mí, de mi yo. De esta forma, aprendo a conocerme de manera reflexiva y, por lo tanto, puedo decidir realizarme, o constituirme, como otro que el que era. Y así al infinito pues por mi consciencia yo estoy siempre en camino de mí mismo y me supero constantemente a mí mismo y no termino nunca de alcanzarme.

Sartre Teatro y Filosofía Por Adolfo Vasquez Rocca

Sartre's Theatre

3.- La conciencia emocional como conciencia del mundo.

La conciencia emocional es ante todo irreflexiva y en este plano sólo puede ser conciencia de sí misma en un modo no posicional, es decir cuando congela la vida y deja de ser vivida como emoción.

Sartre afirmaba que hay mundo sólo porque hay hombre. En sí mismo el mundo carece de sentido. Cuando el hombre descubre lo absurdo de lo real, su esencial contingencia y gratuidad, lo invade el sentimiento de la náusea3.

La experiencia nos muestra que la conciencia, que es conciencia del mundo, es al mismo tiempo distinta del mundo. La ontología sartriana distingue dos tipos de ser: en sí y para sí4. Las cosas son "en sí", idénticas a sí mismas (cada una es "lo que es"). Lo "en sí" es absolutamente contingente y gratuito. Por su parte, la conciencia, que es "para sí", es "una nada de ser y, al mismo tiempo, un poder anonadador, la nada"; es "el ser para el cual en su ser está en cuestión su ser"; es "carencia de ser", que se evidencia en el deseo.

La conciencia, que está en el mundo, siendo esencialmente diferente de él, no se halla vinculada al mundo y por lo tanto es absolutamente libre. Las cosas son lo que son; la conciencia, por el contrario, no es nada, está vacía de ser, es posibilidad, es libertad. El hombre está obligado a hacerse, no tiene alternativa, está "condenado a ser libre". El ser del hombre es su "hacerse" a sí mismo. Por ello nadie llega a ser nada que no haya elegido ser.

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Sartre's Theatre

4.- Teoría fenomenología de las Emociones.

La conciencia emocional es ante todo conciencia del mundo, es estar volcado sobre el mundo y, remitiéndonos al ejemplo anterior, es ser esos vergonzosos celos que me constituían.

La conducta es irreflexiva. No es inconsciente. Es consciente de sí misma porque se trasciende y aprehende el mundo. La conciencia se trasforma a sí misma para trasformar el mundo5. “La conciencia –señala Sartre– no se limita a proyectar significaciones afectivas sobre el mundo que le rodea: vive en el mundo que acaba de crear.”6

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Jean Paul Sartre Por Adolfo Vásquez Rocca

Revisemos algunos de los ejemplos que nos proporciona Sartre:

  • Es evidente que el hombre que tiene miedo, tiene miedo de algo, aún tratándose de una de esas angustias imprecisas que suelen experimentarse en la oscuridad en un pasadizo siniestro. Aquí tiende a describirse erróneamente la huida con miedo como si tal huida no fuera ante todo una huida ante cierto objeto como si el objeto del que se huye no permaneciera constantemente presente en la misma huida como su tema, su razón de ser, como aquello ante lo cual se huye. En una palabra, el sujeto emocionado y el objeto emocionante se hallan unidos en una síntesis indisoluble. La emoción es una determinada manera de aprehender e mundo, una manera en que el mundo se me presenta, aunque también puede ser un intento –o un modo– de modificarlo. Aquí cabe una paradoja ya que si en los intentos de modificar o transformar el mundo se fracasa es posible y natural irritarse, de donde se puede colegir que la irritación es también una manera en que se nos aparece o presenta el mundo. Lo que aquí cabe precisar es que aún en esta operación sobre el mundo para modificarlo el sujeto no abandona el plano irreflexivo.

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Jean Paul Sartre: Teatro Filosofía Existencialismo y Fenomenología

Aquí debemos notar que lo que esta en juego en estos ejemplos es la tesis fundamental de que la emoción constituye un intento de modificación del mundo. En palabras de Sartre7 que "en la emoción el cuerpo, dirigido por la conciencia, transforma sus relaciones con el mundo para que el mundo cambie sus cualidades".

Aquí es necesario decirlo, no hay mala fe, pues si bien la emoción es un juego, es un juego en el que creemos.

La conciencia, al cree en el mundo que ha creado, se hace cautiva de sí misma. Es su propio engaño. Por ello, de acuerdo al ejemplo anterior, cuanto más se huye, más miedo se tiene.

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  • Tomemos otro ejemplo: el miedo pasivo. Veo llegar hacia mí un animal salvaje. Mis piernas flaquean, mi corazón late más débilmente, me pongo pálido, me caigo y me desmayo. A primera vista nada menos adaptado que esa conducta que me entrega indefenso al peligro. Y sin embargo, se trata de una conducta de evasión. El desmayo es aquí un refugio. Pero no vayamos a creer que es un refugio para mí, que trato de salvarme a mí mismo de dejar de ver a la fiera. No he salido del plano irreflexivo: pero al no poder evitar el peligro por los medios normales y los encadenamientos deterministas, lo he negado. He pretendido aniquilarlo. La urgencia del peligro ha servido de motivo para una intención aniquiladora que ha impuesto una conducta mágica. Y de hecho, lo he aniquilado en la medida de mis posibilidades. Estos son los límites de mi acción transformadora sobre el mundo: puedo suprimirlo en tanto que objeto de conciencia pero esto sólo lo consigo suprimiendo la conciencia misma. O, al menos, modificándola: el desmayo es, en el decir de Sartre6 , el paso a una conciencia en sueños, o sea, "irrealizadora".

Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir Filosofía Existencialista y Fenomenología

  • Examinemos otro fenómeno emocional: La huida en el miedo activo, la cual es considerada erróneamente como una conducta racional al interpretarla como la conducta de alguien que quiere interponer la mayor distancia posible entre sí y el peligro. Si así fuera, esta conducta no sería nada más que prudencia. Sin embargo, la verdad es que no huimos para ponernos a cubierto; huimos porque no podemos aniquilarnos en el desmayo. La huida es un desmayo fingido, una conducta casi ritual que consiste en negar el objeto peligroso con todo nuestro cuerpo, trastocando la estructura vectorial del espacio en que vivimos y creando 'imaginativamente' una dirección potencial de huida hacia un reducto simbólicamente inexpugnable. La huida en el miedo activo es así una forma de negar el objeto que nos acecha. Así actúan los boxeadores novatos cuando, al abalanzarse sobre el adversario, cierran los ojos: quieren suprimir la existencia de sus puños, se niegan a percibirlos y con ello suprimen simbólicamente su eficacia.

Descubrimos de esta forma el verdadero sentido del miedo:

El miedo es una conciencia que pretende negar, a través de una conducta mágica, un objeto del mundo exterior que aparece como amenaza, procediendo incluso a aniquilarse [a perderse] a sí misma con tal de anular la eficacia del desastre que el objeto comporta8.

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Sartre's Theatre

- Para terminar de ilustrar la tesis que aquí nos ocupa citaremos el caso de la tristeza pasiva, la cual se caracteriza por una conducta de postración; relajación muscular, palidez, enfriamiento de las extremidades. Quien la padece se vuelve hacia un rincón y se queda sentado, inmóvil, ofreciendo al mundo la menor superficie posible. Frente a la luz del día, prefiere la penumbra; frente a los ruidos, el silencio; frente a las multitudes de los lugares públicos y de las calles, la soledad de un aposento. "Para permanecer a solas, dicen, con su dolor". Esto o es cierto. Es de buen tono, en efecto, aparentar una profunda meditación sobre la propia pena. Sin embargo, son raros los casos en que uno está apegado a su propio dolor. Tal comportamiento obedece más bien a que al desaparecer una de las condiciones habituales de nuestra acción, el mundo exige de nosotros que actuemos en él y sobre él sin esa condición. La mayoría de las potencialidades que se hallan en el mundo (trabajo que realizar, gentes que ver, actos de la vida cotidiana que llevar a cabo) siguen siendo las mismas. Pero los medios para realizarlas, las vías que surcan nuestro "espacio hodológico", han cambiado. Por ejemplo, si me he arruinado, no dispongo de los mismos medios (auto, computador, etc...) para llevarlos a cabo. He de reemplazarlos por nuevos intermediarios (tomar el bus, escribir manuscrito, etc.) y esto es precisamente lo que no quiero.

La tristeza tiende a suprimir la obligación de buscar estas nuevas vías, de transformar la estructura del mundo reemplazando la actual constitución del mundo por una estructura totalmente indiferenciada. Se trata, en buenas cuentas, de hacer del mundo una realidad afectivamente neutra, un sistema con un total equilibrio afectivo; de descargarlos objetos con fuerte carga afectiva, de llevarlos todos al cero afectivo, y, con ello, de aprehenderlos como perfectamente equivalentes e intercambiables, es decir, donde da lo mismo. En otras palabras, al no poder o querer realizar los actos que proyectábamos, procuramos que el universo ya no exija nada de nosotros.

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Sartre's Theatre

Así la herida que se acaba de sufrir, un fracaso sentimental, o profesional, tal pena o duelo que afecta nuestras relaciones con el prójimo son a menudo el desencadenante, fácilmente identificable de nuestra desesperanza vital9. Una traición, una enfermedad fatal, un accidente o cualquier desgracia imprevista que nos abruma en la constante avería de lo cotidiano- y que nos arrancan repentinamente de esa categoría que nos parecía lo normal, esto es, lo de gente normal, instalándonos repentinamente en otra vida10.

Una vida insufrible, cargada de penas cotidianas, de tragos amargos, de desconsuelo solitario, a veces abrasador, otras incoloro y vacío. En suma una existencia sin vigor aunque en ocasiones exaltada por el esfuerzo realizado para continuarla, dispuesta a naufragar a cada instante en la muerte. Muerte venganza o muerte redención, será en lo sucesivo el umbral interno de nuestro agobio, el sentido imposible de esta vida cuyo peso nos parece a cada momento insostenible, excepto en los momentos en que nos movilizamos para encarar el desastre.

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Sartre's Theatre

4.- Excurso en torno a La Metamorfosis de Franz Kafka y la estructura indiferenciada del mundo.

A propósito de estas últimas consideraciones "que el mundo ya no exija nada de nosotros", podemos establecer una relación entre este estado de tristeza pasiva – que no es más que un intento de transformar la estructura del mundo en una estructura totalmente indiferenciada– y el acontecer dramático al interior de La Metamorfosis, el reato de Kafka donde el protagonista –Gregor Samsa– un vendedor viajero, una mañana, tras un sueño intranquilo, se encuentra en su casa convertido en un insecto11. La historia que sigue es la narración de los aparentes esfuerzos de Samsa para ajustarse a su nueva y extraña condición, la que paradojalmente le exime –al imposibilitarlo– de responder a las obligaciones propias de su condición de "pequeño burgués", agravada por el peso de ser el sostén de su familia, de sus padres y demás parientes, los cuales actúan al comienzo con preocupación (al prever que esta condición medirá al joven Samsa mantener la solvencia del hogar) y más tarde con indiferencia, crueldad y olvido. Gregor Samsa, en tanto, se distancia 'mágicamente' de las obligaciones que un mundo exterior en pleno orden y fiel a las exigencias que el establishment consagra, se esfuerza en satisfacer las demandas encarnadas por el jefe que aparece a certificar los trámites que forman parte un implacable protocolo, un último gran rito preservador de la normalidad. Pero Gregor Samsa está en las penumbras de sus "zozobras metafísicas" paralizado, en un estado de indiferencia habiendo neutralizado al mundo de sus exigencias.

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Jean Paul Sartre: Teatro Filosofía Existencialismo y Fenomenología

Finalmente, y a modo de síntesis es necesario precisar la noción sartriana de la emoción. Podemos preguntarnos cómo surge la emoción y paralelamente con ello en qué consiste una emoción. Podemos responder que la emoción es una transformación del mundo cuando los caminos trazados se hacen demasiado difíciles o cuando no vislumbramos caminos ya no podemos permanecer en un mundo tan urgente y difícil. Todas las vías están cortadas y sin embargo hay que actuar. Tratamos entonces de cambiar el mundo o sea de vivirlo como si la relación entre las cosas y sus potencialidades no estuvieran regidos por unos procesos deterministas sino mágicamente o bien por la posibilidad de ser construidos por nosotros o reconstruidos. No se trata de un juego, nos vemos obligados a ello y nos lanzamos hacia esa actitud con toda la fuerza de que disponemos.


Adolfo Vásquez Rocca Ph. D.

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Adolfo Vásquez Rocca

Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil. Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado recientemente el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008.

Bibliografía:

  • SARTRE, Jean-Paul. “Bosquejo de una teoría de las emociones” (1938), Ed. Alianza. Madrid, 1973.

  • HEIDEGGER, Martin. “Conferencias y artículos”. Barcelona, 1994.

  • HUSSERL, E. “La idea de la Fenomenología”. Ed. F.C.E. México, 1984.

  • HEIDEGGER, Martin. “El Ser y el Tiempo”. Ed. F.C.E. México, 1987.

  • KARL JASPER. "Filosofía de la existencia". Planeta-Agostini. Barcelona. 1984.

  • DERRIDA, Jacques, La de-construcción en las fronteras de la filosofía.

  • FERGNANI, F., “La cosa umana. Esistenza e dialettica nella filosofia di Sartre”, Feltrinelli, Mailand 1978.

  • FERRY, L., RENAUT, A., “La pensée 68. Essai sur l’anti-humanisme contemporain”, Gallimard, Paris 1985.

  • GERASSI, J., “Sartre. Conscience haïe de son siècle (engl. Jean-Paul Sartre. Hated Conscience of his Century”, The University of Chicago Press, 1989), Éditions du Rocher, Paris 1992.

  • SARTRE, Jean-Paul, La imaginación (1936)

  • SARTRE, Jean-Paul Crítica de la razón dialéctica ( Critique de la raison dialectique, 1960 - 1985 )

  • SARTRE, Jean-Paul, “L’être et le néant. Essai d’ontologie phénoménologique”, Gallimard, Paris 1943.

  • KRISTEVA, Julia, “Sol negro; Depresión y melancolía”, Monte Avila Editores Latinoamericana, Caracas. 1991.


NOTAS

1HUSSERL, Edmund, Investigaciones lógicas I – II, Revista de Occidente, Madrid, 1967

2VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Baudrillard; alteridad, seducción y simulacro”, En PSIKEBA Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales ©, Buenos Aires, 2006

3SARTRE, Jean-Paul, (1938) La Náusea, Editorial Losada, Buenos Aires, 2003.

4SARTRE, Jean-Paul, (1943), El ser y la nada: ensayo de ontología fenomenológica, Editorial Losada, 1986, Buenos Aires.

5SARTRE, Jean-Paul. Bosquejo de una teoría de las emociones. Ed. Alianza Editorial, Madrid, 1973.

6SARTRE, Jean-Paul. Bosquejo de una teoría de las emociones. Ed. Alianza Editorial, Madrid, 1973, P. 83.

7SARTRE. Jean Paul, Bosquejo de una Teoría de las Emociones, Alianza Editorial, Madrid, 1973, pág. 88.

8Aquí se impone un paréntesis metodológico y explicativo. Debemos desconfiar de las "explicaciones" psicoanalíticas y sus supuestos, sobretodo cuando ellas insisten sobre el "hecho" que todo estado de conciencia vale por algo que no es él y que la significación del comportamiento consciente está fuera del mismo, es decir, que él mismo constituye la realización, simbólica, de un deseo reprimido.

Es en este punto donde el énfasis de Sartre se orienta en otra dirección: Sartre propone atender a las condiciones de posibilidad de una emoción, no olvidando que el hombre actúa ante su mundo, no aisladamente de él.

En segundo término también cabe apuntar otro supuesto de la teoría de las emociones aquí expuesta. La de que el hombre es una unidad psicofísica indisociable, idea presente ya en Aristóteles. Lo que constituye un campo abierto, altamente fructífero para el desarrollo de estrategias filosóficas y terapéuticas, donde se invite tanto a pensar desde el a pensar desde el cuerpo y concebirlo como un "escenario de representaciones", tesis que podemos encontrar en Nietzsche y Freud.

9 KRISTEVA, Julia, Sol negro; Depresión y melancolía, Monte Avila Editores Latinoamericana, Caracas. 1991.

10VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sloterdijk; Espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica”, En Nómadas -Revista crítica de ciencias sociales y jurídicas, UCM, ISSN 1578-6730, Nº. 17, 2008 , pp. 151-158

11KAFKA, Franz, La Metamorfosis, Ed. Cátedra, S.A. Madrid, 1994.


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SARTRE; TEORÍA FENOMENOLÓGICA DE LAS EMOCIONES, EXISTENCIALISMO Y CONCIENCIA POSICIONAL DEL MUNDO. Por Adolfo Vásquez Rocca

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SARTRE; TEORÍA FENOMENOLÓGICA DE LAS EMOCIONES, EXISTENCIALISMO Y CONCIENCIA POSICIONAL DEL MUNDO.

Adolfo Vásquez Rocca y Oriana Villalovos

Adolfo Vásquez Rocca & Oriana Villalobos

Adolfo Vásquez Rocca

Adolfo Vásquez Rocca Universidad Andrés Bello

VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo

Doctor en Filosofía


Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Universidad Andrés Bello UNAB
Universidad Complutense de Madrid
| E-mail: adolfovrocca@gmail.com

Dr. Adolfo Vasquez Rocca Universidad Complutense de Madrid, España


SARTRE; TEORÍA FENOMENOLÓGICA DE LAS EMOCIONES Y EXISTENCIALISMO Por Adolfo Vásquez Rocca


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Universidad Complutense de Madrid

Adolfo Vásquez Rocca


Referencia:
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Sartre; Teoría Fenomenológica de las emociones y conciencia posicional del mundo", En Revista OBSERVACIONES FILOSÓFICAS, Nº 6 / 2º, 2008, Asociada al Postgrado en Filosofía - PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALPARAÍSO y al Grupo THEORIA - Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado. ISSN 0718-3712
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Dr. Adolfo Vásquez Rocca _ Doctor en Filosofía y Teoría del Arte UCM